No hay duda de que la Iglesia está pasando por
el ojo del Huracán, está en medio de la tormenta. ¡Pero para Dios, es el mejor
momento! Quizás para muchos sea el momento definitivo del ‘rapto de la iglesia’,
por todo lo que se ve alrededor. Pero creo que es el mejor momento para que la
Iglesia vuelva de nuevo a demostrar una FE confiable y relevante.
En la década de los 80, el Señor anunció que:
“En una generación cambiaría el entendimiento y expresión del cristianismo en
la tierra” Y eso es lo que ha estado haciendo, esto incluye juicio y
restauración sobre la Iglesia.
Es mejor que el juicio comience por casa (4.17/1Pedro).
En el ojo del huracán es donde sale lo peor y lo
mejor de nuestras vidas, es por eso que la Iglesia está cambiando. El
cristianismo está cambiando, mientras muchos se han enredado promoviendo sus
ministerios, nombres y títulos ‘espirituales’, el Espíritu Santo está revelando
una mirada apostólica y profética del mundo actual. Es la Iglesia la que traerá
respuesta al hombre y sus temores.
En medio de esta Gran tormenta se verán los
últimos días gloriosos profetizados por Joel (3.13-17). Veremos cómo la Iglesia
está siendo tratada, sacando toda la suciedad oculta por años hacia afuera y
toda religiosidad que ha impedido el mover del Espíritu, toda levadura que ha
formado hijos del infierno dentro de la Iglesia, será expuesta a la luz para
ser arrancada. Es el tiempo que la Iglesia sea presentada (5.27/Efesios).
En medio de estos días, que están trayendo
confusión al mundo, veremos como Cristo ve a la Iglesia, veremos el
cristianismo en su plenitud. Veremos la Novia preparándose para recibir al Novio. Pero lo
más grandioso y sobrenatural que estamos comenzando a ver, es al mismo Señor en
medio de nosotros, formando en nuestras vidas ‘confiables y relevantes’,
corazones puros y un poder sin igual, no para salir arrancando,
sino para atraer las multitudes hambrientas a Cristo.
El ojo del huracán puede ser el mejor momento
para ver el verdadero poder moviéndose en nuestras vidas. Lo que muchos añoran
ver en estos días es la Iglesia en sus comienzos de los “Hechos”, añoran ver la
manifestación poderosa de esos días, pero Jesús dijo que haríamos cosas mayores.
Lo que pocos descubrieron siglos atrás, hoy lo veremos en mayor cantidad de
personas, es el corazón de Dios moviéndose en ‘unidad y pureza’; es lo que
hicieron los primeros discípulos, el poder emanaba de esos principios del
Reino. Muchas veces las denominaciones y ministerios pueden ser de tropiezo o
de bendición si no entienden este camino. Donde hay ‘pureza y unidad’, hay
poder del cielo. Donde hay orgullo y menosprecio por otros ministerios, hay
religiosidad.