Quienes entraran en el último Avivamiento?...
Avivamiento es el término
de una temporada y el comienzo de otra maravillosa. El avivamiento que esta a
las puertas de su manifestación lo primero que hará, será cambiar a la Iglesia
y luego al mundo. No como muchos están engañado pensando que el mundo necesita
urgente ser salvado y ellos están perdido dentro de la iglesia. El apóstol
Pedro dijo que: “el juicio debe comenzar por la casa de Dios y después…”. El
avivamiento es el mismo Reino de Dios viniendo sobre la humanidad. Jesús
estableció el camino y la condición para entrar en esta manifestación del
Reino, pero antes les compartió a sus discípulos la necesidad de ir primero a Jerusalén y morir en manos de los religiosos, y al tercer día resucitar. Pero Pedro
llevándolo para un lado le dijo: “¡Dios no lo va a permitir!” ¡Hay otro camino
que no sea morir!
“Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz y sígame” “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su
madre y padre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aún hasta su
propia vida, no puede ser mi discípulo” “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que
Cristo vive en mí” (16.24/Mt.; 14.26/Lc.; 2.20 /Gál.).
Jesús le respondió: ¡Sal
de aquí satanás, me eres piedra de tropiezo! ¡No estás pensando en las cosas de
Dios, sino en la de los hombres! ¡Estas pensando como satanás! Jesús les estaba
revelando el camino para alcanzar la salvación, la eternidad, la manifestación
del Reino. ¡Muerte y resurrección! Todo otro camino, toda filosofía o solución
que reemplazar el sacrificio en la cruz, no viene de Dios, sino del mismo
infierno. Pedro le estaba diciendo que no podía morir, Dios no lo permitiría.
Como Pedro, muchas veces pensamos qué Dios nos ama tanto, no permitirá que
pasemos alguna dificultad, tribulación, etcétera. Al contrario, nos ama tanto
que mando a su único Hijo a morir por nosotros en la cruz. El Padre nos ama y
muchas veces va a permitir que pasemos algunas crisis, desierto o
circunstancias adversas para darse a conocer. Muchas de estas adversidades son
parte de nuestra formación y para conocer su voluntad que es buena, agradable y
perfecta.
Muerte y resurrección es
parte de la entrada del avivamiento. Jesús murió como sacrificio por nuestros
pecados y ya no existe más sacrificio en la Cruz (muerte). Nosotros somos
llamados ha rendirnos como un ‘sacrificio vivo’ (12.1/Ro.), somos llamados a
morir a nuestra voluntad, a la manera de pensar y vivir del mundo para entender
la resurrección que Cristo nos dio. El avivamiento que estamos comenzando a
vivir tiene como característica principal una generación que se ´ha negado
así mismo´, que ha postergado sus planes por los del Reino, más que todas
sus necesidades.
Hay muchos tipos de
cristianos o seguidores, pero solo un tipo discípulo entrara en la última
manifestación del Reino, ellos son los que se niegan a sí mismo. La palabra
‘negarse’ en griego es Aparneomai y significa: “No te asocies con, o deja de
asociarte con” (‘Así mismo’, lo agrega Jesús) Entonces lo que estaba diciendo
era: “No te asocies contigo mismo”. Esta generación de discípulos se
desasocian, dejan su voluntad, su carácter y caminos que ellos mismo habían
construido. Dejan de tener un socio de ellos mismo. El apóstol Pablo lo dijo en
algún momento: “Tangan cuidado de ustedes mismo”. Lo primero que nos desafía la
fe es creer, dar el paso y después ver. Si hemos estado orando por mucho tiempo
por una manifestación del Reino sobre toda la tierra, pero será a
la manera de Dios. Creer
es confiar en lo que Dios hará y no lo que uno quiere que suceda. Es morir a la
religiosidad, al temor, el orgullo y la terquedad para pasar a lo que Dios ha
planeado en esta última visitación. En los avivamientos pasados fueron unos
pocos que renunciaron así mismo para ver la manifestación del Reino y muchos de
esos avivamientos fueron apagados por muchos siervos que se asociaron así
mismo, estructurando el mover del Espíritu Santo hasta apagarlo.
Lo he dicho en otras ocasiones
y lo vuelvo decir, este avivamiento que está comenzando será por medio de una
generación de jóvenes y adultos que han derramados sus vidas para negarse, al
punto de morir como un sacrificio vivo y sólo creer que Dios lo hará a su
manera, a su estilo, pero con aquellos que han decidido ‘negarse a sí mismo’.