sábado, 9 de septiembre de 2017



Hemos sido llamados a contener a muchas personas por causa de nuestra fe. Aprendemos a contener a nuestra familia, a un hijo. Una desgracia de un amigo, incluso a veces a un desconocido, pero si no aprendemos a dejarnos contener por quién es la razón de nuestra fe, fracasaremos. Siempre hay una palabra de ánimo, de fortaleza, un hermano, un líder, un pastor, un desconocido, incluso de una ‘piedra’ que te contiene en un momento particular con una palabra.


Pero hay un espacio, un momento, en que Dios permite que nosotros enfrentemos, dónde todas las palabras y promesas de amigos, líderes, y palabras proféticas no toman sentidos o no tienen comparación con su Palabra que un día fue revelada. Jesús en un momento dijo: “Padre, si es posible que pase de mí esta copa”… Jesús no estaba negando el propósito ni la promesa eterna, sino como llegar o cuándo llegaría el cumplimiento.

Llamémosle flaqueza, dudas, temor o simplemente el olvido de todos aquellos que lo amaban, que estarían con él o que simplemente podrían ayudar, pero no estaban. Nosotros pasamos por esto, hay momentos que no hay razón de seguir adelante, nuestra fe pasa a ser de un riesgo a una fe ciega. Pero ahí está el rhema, su voz diciendo: “El Señor cumplirá su propósito en mí, eterno, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos”.

¡Padre termina la obra! Que se haga tu voluntad, no la mía, dijo Jesús. Pablo se le revelo años después esta verdad. “Pues somos la obra maestra de Dios, él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás

Una cosa es segura; ¡El Señor cumplirá todo lo que ha pensado hacer en mí! Pasan las personas, los amigos, la familia, la prosperidad, las palabras proféticas pueden demorar, pero mi espera y refugio están en Él. Si Él me contiene, puedo contener a otros. Él vuelve a decir: “Yo cumpliré mi propósito que he tenido desde la eternidad para ti, he esperado eternamente para hacer mi obra perfecta en ti, no temas, no te abandonare” (Versículo parafraseado)



                                 
                                                                                                      (26.39/Mt.)
                                                                                                                            (138.8/S.)

                                                                                                                             (2.10/Ef.)   

  “…para realizar su acción, por extraña que parezca, para llevar a cabo su obra,  su obra misterio sa. Dios habla de muchas   maneras,   p...