miércoles, 8 de julio de 2020


 

“…para realizar su acción, por extraña que parezca, para llevar a cabo su obra, su obra misteriosa. Dios habla de muchas maneras, pero no nos damos cuenta”(28.21; 33.14/Is.-Job)

 
     Desperté en una habitación desconocida, luego en una oficina y después dentro de una casa. En todas las escenas había una persona a mi lado, todo era desconocido. Después aparecí en una cama de hospital, se acerco alguien parecido a un doctor y me conto que había perdido la memoria, era extraño el ambiente. Al rato me levanté y comencé a caminar por todas las escenas que había pasado, habitación, casa, oficina y edificio. Me di cuenta que al comenzar a recorrer por esos lugares mi mente comenzó a cambiar, era como volver a otra realidad, comencé a recobrar la memoria. Lo que al principio era desconocido y perturbador, ahora comenzaba a ser más familiar.

     Es extraño cuando uno pierde la memoria, se pone insensible, se siente solo, perdido, extraño, algo no encaja en su corazón con la realidad. Es frio, con una sensación de abandono, de que no pertenece a ese lugar, es como vivir una mentira. ¡Que loco! Aunque era un sueño, algo estaba sucediendo. Es como querer despertar, pero no quería, porque quería saber cómo terminaría todo esto.

     Al rato de caminar por las diferentes escenas empecé a escuchar una voz que me explicaba lo que significaba cada una y al momento de cada explicación comenzaba a recobrar de a poco la memoria, era como volver al principio, al origen de un propósito que se me había dado y ahora lo estaba volviendo a recuperar. Era como que alguien siempre había anhelado para mí.

     Al recorrer el camino comencé a ver cosas, personas y lugares más familiares. Comencé a posicionarme de espacios y puestos de autoridades que me pertenecían. Empezaron aparece personas que me reconocían, era como si siempre habían estado ahí, yo era el que me sentía extraño. En el momento se me revelo algo que no era solo falta de memoria, sino que era una falta enorme de reconocimiento de las cosas que tenía a mi alrededor. La falta de reconocimiento nos lleva a perder la memoria. Es simple, usted deja de reconocer todo lo que es, lo que tiene y quien se lo ha dado y comenzara a perder la memoria por causa de adueñarse y usarlas para lo que prometió que nunca los usaría, después comenzara a sentir que nada es suyo, se encontrará perdido y no tendrá sentido la vida. Con el tiempo comencé a recuperar las cosas, personas que amaba que estaban ahí, pero que las había perdido por causa de mi memoria atemorizada.

     Esta breve historia serviría para un diagnostico psiquiátrico severo, pero Dios tiene sus maneras, aunque extrañas parezcan, habla y lo hace para desatar el propósito que tenemos que cumplir aquellos que amamos a Dios. Todas las cosas nos ayudan para ser libres y saber lo que Él ha preparado para nosotros. La mayoría sufre de falta de memoria. Muchos andan en la vida perdidos buscando respuesta por la falta de memoria. Muchos han perdido el sentido de la vida por causa de haber vivido lo que ellos querían, vivieron y tomaron vidas, cosas de otros para vivir sus vidas, su fin, deambulan buscando sin sentido. Cuantos dejaron de reconocer que lo que habían conquistado se debía a otros, que lo que ganaron fue gracias a otros y lo tomaron para ellos. Dejaron de reconocer y se lo guardaron para ellos. Es terrible perder la memoria, pero es una desgracia dejar de reconocer que todo lo que tenemos es gracias a Dios y gracias a otros. La falta de memoria es estar alejado, es vivir sin Dios.

     Esta verdad es conocida. Toda persona que nace en este mundo, nace con un propósito, todos llegamos para cumplir el más grande deseo, buscarlo y conocerlo a Él, pero entramos a un mundo caído, bajo el dominio del pecado y somos rodeados por personas que con sus buenas intenciones y sentimientos nos enseñan lo que saben y lo que quieren. Recuerde, hay un propósito, pero hay personas y hay un personaje que no quieren que usted conozcan su propósito, aunque parece fácil entenderlo, la realidad parece que nos dijera que algunos tienen derechos, algunos pueden vivir feliz, algunos nacen en cuna de oro, algunos tienen padres, algunos alcanzan a vivir más días, algunos llegan conocer su propósito, algunos siempre serán miserables y del montón, algunos tendrán privilegios, algunos merecen el cielo y otros no. Hay algunos que no quieren conocer su propósito, y hay algunos que odian el propósito y hay algunos que odian al dueño de tu propósito, en fin, algunos dicen que todo es mentira, falsedad y que solo existe el presente, tratando de olvidar el pasado y no querer saber nada del futuro. En medio de todo el dolor humano, las injusticias, el miedo y lo corrompido del ser humano, esta es la verdad, muchos han perdido la memoria y se han perdido en el olvido, otros que supieron del propósito dejaron el reconocimiento y se fueron a los recuerdos quedándose en el pasado sin memoria.

     “Desde lejos el Señor se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia” (31.3/J.) Ehhh!!!! ¡¡¡¡¡Hijo!!!!! ¡¡¡¡Ven!!!! ¡¡¡¡No estás sólo!!!! Has escuchado esta voz, diciendo: ¡Alguien te ama! Jesús vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido. De quien es la culpa, a quien le echaras la culpa o te seguirás culpando por tus decisiones. Todos hemos perdido algo, todos nos hemos equivocado, todos somos débiles y todos necesitamos de alguien, todos tenemos la oportunidad de ser amado, pero cuantos reconocerán que necesitamos de Él para recobrar la memoria y descubrir el propósito que tiene para mí.

     Al final del sueño todo comienza a recobrar sentido, los colores comienzan a sobresalir, porque al principio todo era en blanco y negro, pero ahora todo era natural y hermoso. La persona que salía al principio en el sueño, comprendí que era la tentación. Siempre esta ahí, a veces la ignoramos, otras veces no la vemos, pero esta ahí. A veces la echamos y otras veces nos engaña, siempre está ahí, pero me di cuenta que cuando comencé a recobrar la memoria y a ver realmente el propósito que se me había dado, la tentación comenzó a perder su poder sobre mi hasta el punto de desaparecer de mi vista. Cuando el reconocimiento más era parte de mi vida, la tentación, aunque insistía ya no tenía poder ni autoridad sobre mis decisiones.

     Al momento del reconocimiento comencé a ver rostros, cosas e imágenes familiares. Comencé a ver los que realmente me amaban, mi familia, mi pastor y muchas personas con las que me había relacionado en la iglesia. Eso pasa cuando reconocemos a Dios, comenzamos a reconocer a los demás. La falta de memoria nos hace olvidar todo. El sabio Dijo: “Reconócelo en todos tus caminos” … “Por tanto, digo: El Señor es todo lo que yo tengo. ¡En el esperare!” (3.6/Prov.-3.24/Lam.) El salmista dijo también: “¡Así es, el Señor ha hecho maravillas por nosotros! ¡Qué alegría! (126.3/S.)

     No será fácil salir de la perdida de memoria, pero creo que es el mejor tiempo para ver el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros y todo comienza con el reconocimiento, otros han estado detrás de ti y eso debes saberlo y reconocerlo. El mundo esta perdiendo la memoria y necesita saber que hay un mejor propósito para todos. Al final del sueño supe que en todo el viaje el Espíritu había estado llevándome para encontrarme y volver a la memoria… 

  “…para realizar su acción, por extraña que parezca, para llevar a cabo su obra,  su obra misterio sa. Dios habla de muchas   maneras,   p...