lunes, 15 de agosto de 2016

… “No necesitamos darte una respuesta acerca de este asunto. Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede liberarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará. Pero si no lo hace, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado” (3.16-18/Daniel)

Estamos frente a uno de los registros históricos de Fe más poderoso que Dios haya hecho pasar a unos de sus hijos. Es un testimonio sobrenatural que pocos quisieran vivirlo literalmente con sus vidas. No hay mayor honor en estos días que decir ‘No’ a lo que el mundo dice sí, a la vida religiosa de la iglesia por causa de una vida rendida al Espíritu Santo. El apóstol Pablo le llamo a este honor ¡Sacrificio vivó!

La fe siempre nos debe llevar a la convicción total para con Dios, y la convicción nos lleva aún nuevo nivel de fe y revelación. Dios no nos llevara a este nuevo nivel si no hemos aprendido a responder sabiamente a cada proceso o prueba que enfrentamos. Las crisis y tribulaciones son para hacernos madurar, para formarnos a la imagen de su propósito. Para conocer más Dios al que servimos. Pablo dijo: “Es necesario que a través de muchas pruebas entremos en el reino de Dios” (14.22/Hecho.) Es necesario que nuestras convicciones, experiencias y fe pasen por el horno de fuego como les paso a los tres amigos de Daniel.

¿Quizás no todos vamos a tener el honor de ver a Jesucristo viniendo en las nubes con sus ángeles en la Segunda venida? Pero si tendremos el alto honor de hacer un ‘sacrificio vivo’ para alcanzar la madurez suficiente para entrar en el avivamiento que está a las puertas en todo el mundo. Hoy muchos están sufriendo y muriendo por la causa de Cristo en el mundo, hay miles que están siendo invitados al honor de dar el testimonio más poderoso de sus vidas, pasando por el horno de fuego.

PERO SI NO LO HACE ¿Y si no responde? La fe no solo es probada, sino también confirmada. Que Dios no responda a una asombrosa fe no significa que está mal, sino que Él nos quiere llevar a una demostración mayor de milagro en que toda la gloria y el honor sean solo para Él. Nos puede revelar el próximo nivel de fe que caminaremos en el reino, nos puede revelar que viene un avivamiento, pero no nos dirá como pasaremos hacia allá. Si usted está en el nivel de que ‘ciertos asuntos’ ya no los discute porque sabe quién es Dios, bueno es hora de pasar al otro nivel.

Usted hablaba de fe, ahora es tiempo de caminar en la fe del Altísimo. La fe nunca es quebrantada, sino los argumentos que pueden apagar la fe son quebrantados. “Hablo el rey y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego que ha enviado a su ángel y ha librado a sus siervos que, confiando en Él, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir a adorar a ningún otro dios excepto a su Dios” (v.29) “Entonces el rey hizo prosperar a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de  Babilonia” (v.30).

Quiéralo o no, el próximo nivel usted será prosperado. En el próximo nivel usted recibirá

una mayor autoridad y poder por causa de haber pasado por el fuego. Pero hay algo más poderoso y revelador que entrar en la prosperidad. “Entonces el rey se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: ¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego? Ellos respondieron al rey: Ciertamente, oh rey” (v.24). “El rey respondió y dijo: ¡Mirad! Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses” (v.25).

Si Dios toma la iniciativa, es perfecto. Pero si la toma el hombre, puede ser un desastre. Él lo dijo: “El que comienza la obra, la terminara hasta el final” A Josué le dijo: “Porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas

“…Pasamos por el fuego y por el agua, pero tú nos sacaste aun lugar de abundancia” (66.12/Isaías)
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán, cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni las llamas te abrasarán” (43.2/Isaías)

Muchos ministerios e iglesias han fracasados porque no pasaron por el horno de fuego primero. Ellos inventaron un ‘fuego extraño’ para pasar y alcanzar la prosperidad. ¡Eso se llama ambición de poder! Cuando Dios llama, Él termina la obra y el propósito

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