Han preguntado mucho sobre los avivamientos. La historia bíblica
describe muchas visitaciones poderosas de Dios sobre la tierra y la historia
nueva describe muchos avivamientos en los últimos siglos. Muchos libros se han
escrito sobre los avivamientos y sus consecuencias en la Iglesia y en la
sociedad. Muchas son las definiciones y aunque siempre se repiten algunas
características en todos los avivamientos, todos son diferentes en sus
comienzos, la esencia es la misma, Dios en medio de nosotros.
Lo más maravilloso de los avivamientos es que Dios siempre toma la
iniciativa. Por historia y experiencia, la Iglesia no ha aprendido todavía a
ministrar las multitudes, aún no está capacitada para recibir a las naciones.
Por eso Dios se ha guardado el derecho de venir a visitarnos cada cierto tiempo
y compartir con quién quiere y dónde quiere, y no es un capricho, sino una
antesala de la visión que dio a un profeta antiguo, en donde le mostró que
“Toda su gloria cubriría la
Tierra”. Esta visión ocurrirá a las puertas de Su segunda
venida. En el avivamiento que se avecina la Iglesia entenderá que la salvación
no vendrá solo de la Iglesia, sino de la manifestación poderosa de Dios sobre
una nación.
El avivamiento que viene, preparará a la Novia y traerá salvación a las
naciones. Quizás muchos de los nuevos que han llegado a la iglesia no entiendan
todo sobre avivamiento, y los antiguos y maduros que han esperado este
avivamiento quieran que todos sepan la importancia de esta visitación, pero ese
no es el sentir de Dios, la revelación del espíritu de esta visitación es lo
que dijo Jesús en el avivamiento samaritano: “Yo os envié a segar lo que no
habéis trabajado; otros han trabajado y vosotros habéis entrado en su labor”
(4.38/Juan).
Este avivamiento será de la Gracia. Porque donde abunda el pecado,
sobreabunda la gracia, y estamos en la era en donde el pecado se ha
multiplicado copiosamente. Llegó la hora, prepárense los antiguos y los nuevos,
porque ambos serán usados poderosamente.
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